Comunicado de Católicas por el Derecho a Decidir ante la posible modificación de la ley de despenalización del aborto.

Católicas y Ciudadanas



Nosotras, Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), ciudadanas y fieles creyentes en la Buena Nueva que nos legó Jesús de Nazaret, queremos expresar nuestro interés ante el anuncio realizado por la Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, sobre la preparación de una “nueva ley del aborto”.
Lamentamos que la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) continúe estando tipificada como un delito en el código penal vigente -si éste no cuenta con un dictamen favorable previo de un especialista en psiquiatría-, lo que refleja que la legislación actual no nos reconoce ni garantiza a las mujeres, el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, ni nuestra salud sexual y reproductiva.

Somos concientes de que un sector de la Iglesia Católica continúa difundiendo un mensaje de desprecio a la sexualidad, cuestionando el valor espiritual de la experiencia sexual. Disentimos de esa moral sexual difundida por la jerarquía. Consideramos la sexualidad un don de Dios para la comunicación entre personas, cuyo fin es expresar el amor. Compartimos con el doctor en teología, Anthony T Padovano, que la sexualidad no es sólo un medio de transmitir la vida, es fuente de vida en sí misma. El amor sexual tiene sentido propio, como fin en sí mismo, sin tener que referirlo a la procreación.

El desprecio por la sexualidad ha llevado a situaciones de extrema injusticia, condenando las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, el uso de anticonceptivos artificiales, el preservativo como prevención del VIH/Sida, las técnicas de reproducción asistida –bancos de esperma y congelación de óvulos- y un largo etc. No se puede consentir que una fracción conservadora de la Iglesia Católica influya en la legislación que afecta a toda la ciudadanía, puesto que no se trata de una ley coercitiva.

Sobre la cuestión del aborto, queremos destacar que éste es un tema de discusión y opinión, en el cual existe disidencia teológica desde el S. XIII con Santo Tomás de Aquino, pasando por Tomás Sánchez –teólogo jesuita español en el S. XVII-, hasta nuestros días. Algun@s teólog@s admiten el aborto como una opción válida en determinadas circunstancias, o lo consideran como la menos mala de las alternativas. Para otr@s, la clave está en reconocer a las mujeres como sujetos morales con capacidad de discernir y tomar las decisiones que manen de su conciencia.

Como católicas, insistimos en la defensa de los derechos de las mujeres de todas las sociedades, creencias y clases sociales, en especial de las más débiles, a quienes se les impide tomar decisiones sobre su propio cuerpo, y su propio proyecto de vida. Nos solidarizamos con mujeres del Tercer Mundo donde se violan impunemente sus derechos humanos y sexuales. Muy especialmente, nos solidarizamos con las nicaragüenses, que actualmente sufren un retroceso histórico al haber sido derogado el derecho al aborto terapéutico, derecho que existía desde 1837.
Como católicas y ciudadanas, reclamamos una nueva ley que facilite todos los recursos necesarios a las mujeres que decidan, desde su LIBERTAD y su CONCIENCIA, interrumpir un embarazo no deseado, así como para apoyar a las que opten por la maternidad (garantizando a quien lo necesite la reproducción asistida, ampliación de los permisos de maternidad/paternidad, servicios públicos de guarderías, etc.).

Apoyamos una nueva ley que verdaderamente “incorpore lo más destacado del panorama internacional”, para que sea modélica y sirva de referencia a millones de mujeres que luchan por sus derechos sexuales y reproductivos en este mundo globalizado.

Consideramos urgente una nueva ley que promueva una educación sexual para la vida, que aporte información y conocimiento amplio de la sexualidad en todas sus dimensiones. La ausencia de educación sexual está en la base del aumento de embarazos no deseados, y por consiguiente del aumento de abortos.

Recordamos el mensaje de Jesús de Nazaret que nos invita a mantener la esperanza y la fe, por lo que mantenemos la esperanza y trabajamos en ella para un día lograr el reconocimiento pleno de los derechos humanos de las mujeres.

Católicas por el Derecho a Decidir. Valencia a 13 de octubre de 2008.

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